SEX and The EX

sábado, julio 08, 2006

The Others

Tan espeluznante como la película que protagonizó la perfecta diva Nicole Kidman (ex de Tom Cruise), una reciente experiencia me ha hecho entender que he denigrado continuamente una raza de personas que no busca otra cosa que un ratito de felicidad efímera: las otras (o los otros, para resultar políticamente correcto, como siempre). Para no confundirlos antes de contar la historia, no haré esta introducción más larga.

Hace ya casi dos meses empecé a salir con alguien. Hacía ya bastante tiempo que establecí que no hay diferencia alguna entre "salir" y "tirar" (como alguien muy doctamente expuso en un blog hace ya una buena temporada), así que tomé el toro por las astas (más gráficamente por las bolas) y el corazón se fue de vacaciones una temporada al Ártico.

La relación, autodenominada "open relationship" (al mejor estilo hi5), tenía bien claras sus condiciones desde un inicio, así que no puedo optar por la defensa del que no conoce las reglas del juego. Cada quien podría, con sólo quererlo, irse con otra persona siempre que no hubieran sentimientos involucrados. De hecho, esta relación parecía la respuesta a una plegaria que había alzado a los cielos hacía poco tras un par de meses de abstinencia causada por un rompimiento no totalmente superado.

Y bueno, un día llego donde el susodicho (ahora más propiamente denominado de ahora en adelante "el innombrable"), pues qué se creen... al lado de la cama, en el piso, tres preservativos usados... o sea: no sólo infiel sino anti-higiénico. bueno, lo de infiel no entra a colación tenienco en cuenta las reglas a las que nos habíamos sometido... pero supongo que fue el enfrentar el hecho de que esa persona estaba haciendo uso de las normas para su provecho cuando yo nunca había pensado en hacerlo fue precisamente lo que me chocó. En pocos instantes, la revelación era ineludible: me había convertido en "el otro".

Y cuando digo "chocó" es porque se sintió como una verdadera cachetada. Aún no logro distinguir por qué, pero la idea se hacía eco continuamente en mi cabeza mientras un rayo de iluminación filosófica amenazaba con hacer reventar mi cerebro mientras mi corazón regresaba en el momento más inoportuno de sus vacaciones con un visitante no invitado.

Los omnipresentes celos. Sí, la verdad es que me puse celoso de la desconocida persona con la que el innombrable había sostenido relaciones probablemente hacía pocos momentos. Todas estas ideas, aclaro, pasaron en sólo un par de segundos mientras yo veía la cara atontada del delincuente. Fue entonces que que otra iluminación divina llegó a mi cerebro: esa persona podría aún estar ahí. No era que fuera un sucio desagradable con pocas lecciones de higiene... era que no había tenido tiempo de deshacerse de la evidencia.

Heme allí, con una persona cuyo sexo disfruto más que cualquier otra cosa que no implique felicidad en este mundo y con una decisión por tomar.

Opción 1: "Lo siento... creo que esto de la relación abierta no va a funcionar".
Opción 2: "¿Terminaste ya? ¿Es mi turno?"

Ambas opciones se me presentaban como poco recomendables. La primera me apartaba de seguir disfrutando de sexo "á là carte". La segunda me convertía en un animal depredador en busca de un alien al cual comerse.

En ese momento me fui sin decir nada. Cinco minutos y un cigarrillo de canela después, meto una moneda de cincuenta centavos en un teléfono TelMex (para hacer la conversación lo más breve posible) y declaro mi decisión. ¿Adivinan cuál? Claro, la primera... aún no soy alguien que pueda desvincular del todo el sexo y los sentimientos, como la mayoría de mi tribu.

¿Dónde dejé mi caja de Sublimes?

4 Comentarios:

Blogger Tortuga Maldita opina...

Queridisimo Stanford:
Dios mio, que tal C...onciencia la del open boy este. En fin, cuando a uno le pasan este tipo de cosas es cuando se da cuenta en realidad como es la naturaleza de nuestras relaciones.
A veces un@ puede pensar que el sexo aventurero, por depredar y nada màs puede ser satisfactorio, en muchos casos desahogas tensiones como maximo, pero (como mencione en el post de tirar como los hombres) ¿Y EL CORAZON?...
El sexo sin amor, es un juego peligroso.
Pero no te preocupes,mi querido Stanford que no todos son iguales. NO TODOS.
¿Me invitas un Sublime?

sábado, julio 08, 2006 10:44:00 p. m.  
Blogger Carrie opina...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

domingo, julio 09, 2006 11:59:00 p. m.  
Blogger Carrie opina...

El "open mind " tiene doble filo , puede ser muy placentero y practico o puede sumergirte en la ilusion ,es comprensible lo que te paso Stanford ( ya que somos seres humanos);tuvistes la mejor actitud a mi parecer , ya que fuiste fiel a tus sentimientos y al aceptar que aun te falta por desvincular el sexo y el amor ( te comprendo ya que alguna vez lo pase) .

Pero como dicen todo malo trae algo bueno , es cuestion de verlo con otra perspectiva ,se que pronto llegara el momento de su gran oportunidad . Mucha buena onda mi querido colega Stanford.

lunes, julio 10, 2006 12:04:00 a. m.  
Anonymous Anónimo opina...

Tal vez porque no soy de vacilones, trampas ni relaciones open-mind de "como-amigos-tiramos", puedo atrever a decir que lo basico en una relación no son las hormonas sino los sentimientos. Estimado Stanford, te recomiendo que no renuncies jamas al lado afectivo; el sexo "á là carte" siempre deja ese sinsabor de ser "el(la) otro(a)".
Mucha suerte en el futuro
Los chocolates no son el mejor aliado por cierto. Claro, si quieres engordar y aumentar tu colesterol vas por buen camino... no es lo que yo haría.

¿sabes que le dolería más? que seas feliz y te veas mejor pese a la ruptura. ¿Le vas a dar gusto a él o a ti? Tu decides

lunes, julio 10, 2006 4:36:00 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home