Privilegios

Cuando una está inmersa en una relación apasionada, solemos alabar a nuestro amante, hacerle promesas incumplibles e incluso a decir cosas que sólo la intimidad de las sábanas entiende y permite.

Admito, yo fui una de esas mujeres que en un estado de frenesí total dijo algo que no pensé que me seguiría hasta después de 3 años. Le dije que aún cuando termináramos y yo tuviera otra pareja, lo buscaría porque amante como él no existía.

A decir verdad, no era el mejor amante, yo era apenas una chiquilla y no sabía lo que era una buena sesión amatoria.

Bueno, lo dije y lo peor de todo es que lo recuerdo como aquella vez. Definitivamente no es un argumento que pueda ser fácilmente digerible para una mujer ya que ello no sólo suponía serle infiel al hombre que en esa situación hipotética estaría en mi vida, sino que significaría admitir que aún amamos a ese ex y que el otro está de adorno.

Como dije , tres años pasaron, nos re encontramos en el messenger y volvimos a tener algún tipo de contacto. Sin embargo, durante una discusión acalorada él sacó a flote esta promesa que sinceramente tenía refundida en mi memoria a largo plazo. Mi primera reacción: verguenza, luego un ligero rubor en mi rostro y una seguida cólera. Ya se imaginarán todas las cosas que le dije:

qué te has creído??? Privilegios? tú no tienes ninguno, tú los perdiste el día que me hiciste esa perrada y me dejaste.

Cerré la ventana, le quité la admisión.

Ahora pienso en mi reacción y lo admito, me descuadró no tienen idea. Traté de poner mi mejor cara ante tal situación, me puse mi traje de mujer fuerte y le dije sus "4 verdades" y tras un momento de reflexión respecto de lo sucedido me recosté en mi cama. Pensé. Encendí un cigarro y continué pensando.

Admito que me cuestioné: lo seguiré amando tanto como para que al verme descubierta por una frase del pasado? qué sucede si es cierto, si como él nadie me amará y sólo estoy perdiendo el tiempo negando lo innegable?

Luego, cuando pensé todo perdido y derrotada,vino a mi cabeza todas las cosas por las que yo en algún momento anterior a la ruptura oficial, quería dejar esa relación: el no poder ser yo misma, el ser subestimada por ser más pequeña, más tonta, el no poder salir con mis amigas sin que él sienta que lo dejaba solo y descuidado, el poder respirar y vivir.

Tal vez el sentimiento aún siga en lo profundo de mi memoria, pero definitivamente ya no está albergado en mi corazón. El amor por él al parecer tomó sus maletas y se fue de viaje al pasado, donde todo recuerdo bueno debe estar.

No le he vuelto a poner admisión, simplemente ya no quiero discutir más con él...quiero que en su camino no de más vuelta atrás.

Miranda Holmes.
Abogada.